El Acuerdo de París, adoptado en 2015, tiene como objetivo estabilizar el incremento promedio de temperatura del planeta en 1.5 °C para evitar efectos catastróficos. Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, la meta se alcanzará sólo si las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI) llegan a su pico en 2030 y son neutras en 2050.