Todo parece indicar, amigos, que NO HUBO, por parte de los negociadores mexicanos, desatención o sumisión al -aparentemente- aceptar inspectores laborales norteamericanos adjuntos a la Embajada y dependientes del Departamento del Trabajo de Estados Unidos, sino que fue un gol que el Gobierno de Donald Trump le pretende meter a México DESPUÉS del SILBATO.