La semana pasada entraron en vigor los aranceles del 25 por ciento a las importaciones de acero y aluminio provenientes de distintos países, una medida previamente anunciada por el gobierno estadounidense. Según funcionarios de la administración del presidente Donald Trump, esta decisión se tomó por motivos de seguridad nacional, con el objetivo de proteger la industria siderúrgica local, garantizar empleos y reforzar la estabilidad económica del país.