OPINIÓN

Plagios y convergencias

Antonio Lazcano Araujo EN REFORMA

4 MIN 00 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Ninguna creación humana surge en el vacío. La ópera Don Giovanni de Mozart es única, pero es una reinterpretación del Burlador de Sevilla, que Tirso de Molina estrenó en 1630. Su antecedente inmediato es el Don Giovanni Tenorio, que Giuseppe Gazzaniga estrenó en Venecia ocho meses antes de que Mozart y Da Ponte presentaran su obra a finales de octubre de 1787 en Praga. Mozart no tuvo reparo alguno en incorporar música de otros compositores a su Don Giovanni, y nos sigue jugando una broma al haber añadido un aria de su ópera Las bodas de Fígaro, que Leporello, el criado de Don Giovanni, saluda cantando "esta balada la conozco muy bien".