Son ya demasiados catorrazos, demasiada destrucción. Y no, amigos, no nos referimos al descocoche en KABUL, Afganistán. Más bien al ambiente ríspido, peleonero, lleno de descalificaciones, ataques personales, agravios y resentimientos que el Presidente "de todos los mexicanos" nos ha impuesto últimamente, crispando la vida política nacional y tornando inefectivo a su Gobierno con su excesiva y repetitiva rijosidad.