VIDA

Piden aceptar a hijos gay

Paloma Villanueva

Cd. de México (14 diciembre 2014) .-00:00 hrs

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El papel de los padres de un joven homosexual no sólo es aceptarlo y amarlo tal cual es, sino lograr que esa aceptación se extienda en su familia y sus amigos para así ayudar a erradicar la intolerancia hacia la diversidad sexual.

Esa es la visión de Judy y Dennis Shepard, cuyo hijo Matthew fue asesinado en 1998 cuando tenía 21 años.

"Matthew era estudiante universitario, estaba en un bar y aceptó que dos jóvenes le dieran un aventón a casa. Ellos pretendieron ser gays y una vez que se fue con ellos lo robaron y lo llevaron a un llano donde lo amarraron a una cerca de alambre y lo golpearon con la cacha de una pistola en la cabeza", relata Judy en entrevista.

Matthew fue descubierto al día siguiente por un ciclista y llevado al hospital, pero las lesiones eran tan críticas que ni siquiera pudo ser operado y murió dos días después.

Los asesinos del joven fueron sentenciados a dos cadenas perpetuas y el caso originó la creación de la Ley Matthew Shepard en Estados Unidos, que define ciertos ataques motivados por la identidad de la víctima, como delitos de odio.

A 16 años de distancia, los Shepard aún realizan actividades de concientización en favor de la aceptación de las personas de la diversidad sexual.

"La que hasta ahora ha mostrado ser la estrategia más efectiva para combatir la intolerancia contra la comunidad gay es que las personas hablen sobre sus preferencias sexuales con sus familias, sus amigos y en su comunidad.

"Porque si tú sabes que alguien a quien tú quieres es gay, eso te lleva a hacer a un lado los estereotipos, cambia tu percepción de la comunidad gay", dice Judy.

En Estados Unidos, el matrimonio homosexual es legal en 32 estados, señala Deniss, pero el hecho de que las personas gays puedan casarse legalmente es sólo el inicio.

"La Ciudad de México está logrando cierta tolerancia, pero el resto del País tiene que colocarse a la altura, porque el matrimonio gay es un avance pero no significa que no los corran de los trabajos, que no los violenten en las áreas rurales o que no sean objeto de bullying en las escuelas.

"El camino contra la intolerancia es largo", advierte.

Para Judy, uno de las formas de explicar la excesiva intolerancia que derivó en el asesinato de su hijo, son las enseñanzas de la Iglesia.

"En aquel tiempo las enseñanzas religiosas eran mucho más antigay de lo que son ahora y le daban permiso a la sociedad de odiar a las personas homosexuales sin ningún tipo de restricción (...) y creo que eso sigue pasando en algunos lugares", dice.

Los Shepard insisten en que el papel de las familias es crítico y atribuyen el rechazo a la idea errónea de que las personas eligen ser homosexuales, lesbianas, bisexuales o transgénero.