Cambiar patrones de comercio, a nivel global, normalmente tarda décadas. No es enchílame otra construir fábricas, oficinas, contratar gente capacitada, optimizar logística, arreglar hospedaje, escuelas, finanzas para cientos de ejecutivos extranjeros, entender las leyes y costumbres locales, armar redes de amistades y contacto. Son palabras mayores cambiar donde se fabrican aviones, autos, computadoras, farmacéuticos. Tomó decenios mover parte de la producción mundial a China, y aún más tiempo capacitar a su fuerza laboral. Finalmente este país se convirtió en el centro de manufacturas dominante del mundo, y lo logró protegiendo ferozmente su cancha, su portería. Pero ahora cinco grandes tendencias podrían alterar el patrón del comercio mundial: la pandemia, el cambio climático, un buque atrapado, el nacionalismo chino y la polarización política en Estados Unidos.
Juan Enríquez Cabot es autor de diversos libros sobre tecnología y académico ocasional.