La recién aprobada Supremacía Constitucional, es una pieza más hacia la legalización del autoritarismo. Son maniobras turbias para usar la Constitución como herramienta de control político, se pervierte su función y erosiona el respeto a ese pacto social entre los mexicanos. Como en otras ocasiones, los cambios dejarán el cascarón de la función institucional, pero se afectará gravemente su fondo y razón de ser. Quedarán en calidad de pantomimas: los límites al poder abusivo; la independencia Judicial; el equilibrio de poderes; la rendición de cuentas; los derechos humanos; más lo que se vaya acumulando...