Hace unos cuantos días apareció en escena Marcelo Michel Leaño. Se ve que tenía ganas de salir a decir frente a las cámaras ciertos pasajes que seguramente maquinó durante la época navideña y en las noches cercanas al Año Nuevo. Por convicción, el discurso lo tenía muy bien diseñado y por recomendación, perfectamente ensayado. Lástima que por más seguridad y estilo que le imprimió, no logró convencer ni a los más fieles de los aficionados. La capacidad de persuasión no la tienen todos.