Que no se diga que el actual Presidente no sirve para nada, al contrario, tiene singulares habilidades. La de tejer embustes es quizá una de sus más notables capacidades. El problema es que la gente ya ni se acuerda de lo que ha prometido y no ha cumplido, y si se acuerda no le importa, pues acostumbrada está a que sus gobernantes le cuenten puros cuentos chinos.