Acapulco y Nueva Orleans, ambas eran ciudades hiperconectadas a las telecomunicaciones antes del paso de los huracanes "Otis" y "Katrina" (2005), respectivamente, que las dejaron incomunicadas. Al arrasar los huracanes con todo lo que estaba en tierra, las comunicaciones satelitales cobraron relevancia superlativa y más valdría que en México se comenzara a enderezar la política pública satelital para aprovecharla tanto para cobertura social como para tragedias como la que causó "Otis".