El silencio digital ocasionado por el huracán Otis significó 24 horas sin conectividad y sin saber nada de una ciudad completa, sus ciudadanos y las instituciones públicas; de su vida, de sus gritos, de sus reclamos y desgracias públicas. Donde existe alguien hay comunicación, donde hay infraestructura de conectividad o infraestructura digital, alguien ofrece su auxilio; cuando no, su solidaridad. Todos hemos conocido el silencio digital por primera vez.