No olvidemos que un gran número de mexicanos somos descendientes de españoles (conquistadores, refugiados, aventureros, etcétera) y que a ellos debemos un sinnúmero de elementos de nuestra cultura: la lengua, que la hemos enriquecido; la comida, con la que hemos logrado un suculento mestizaje; la música, que hemos adaptado a nuestros gustos regionales, y muchas cosas más.