La semana pasada, la Guardia Nacional (GN) desplegó 6 mil 60 elementos en los accesos y andenes del Sistema de Transporte Colectivo Metro. Los primeros 3 mil 12 elementos pudieron verse en las líneas 2, 3, 4, 5, 7, 8 y 9. La Jefa de Gobierno tuvo que solicitar la presencia de esta corporación federal en el Metro al propio Presidente del País. En realidad, no es la primera vez, porque en 2019 ya habían sido destinados a seguridad en ese transporte. Pero la diferencia es el tamaño del despliegue y el uso de armas largas (en 2019 sólo estaban equipados con bastones policiales PR24). La llegada de semejante cantidad de elementos significa, en la práctica, duplicar la presencia policial en el Metro: de los actuales 5 mil 853 agentes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la CDMX, a casi 12 mil policías bajo la Ciudad. Si se piensa que el estado de fuerza policial en la Ciudad es de alrededor de 90 mil 000 elementos, parece una locura que el Metro concentre el 13 por ciento de la capacidad total. Ya ni se diga si la comparación es con los estados, porque el Metro supera en cantidad de elementos de la GN a Sinaloa (3 mil 989) o Michoacán (4 mil 640), con problemas muy superiores al transporte público capitalino. Y, además, donde hombres con armas largas tiene más sentido.