Hagamos a un lado los resultados de los encuentros ante Perú y Colombia. Basémonos única y exclusivamente en la propuesta del equipo mexicano. ¿Cuál sería el común denominador de lo expuesto en el par de amistosos? Paredones que siguen tambaleándose tras cada minuto disputado. Cimientos endebles que se tornan preocupantes en relación al funcionamiento colectivo y al nivel de cada jugador desde la parte individual.