OPINIÓN

Oda a la Corte

Denise Dresser EN REFORMA

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¡Albricias! ¡Aleluya! ¡Gracias a Dios! Ahora en el "nuevo régimen" de mayor democracia y menos autoritarismo, finalmente tenemos una Suprema Corte de Justicia autónoma, independiente, que entiende la división de poderes y su papel como garante de los derechos constitucionales. Nada de corte cortesana, nada de corte doblegada. La nuestra es ejemplo mundial de la toga bien puesta, los pantalones bien puestos, las faldas bien puestas. Nuestro Tribunal Supremo no se somete a las presiones políticas ni se doblega ante las amenazas del Presidente, como otras cortes chiquitas y pusilánimes lo hicieron en el pasado neoliberal. Ahora podemos celebrar la grandeza de al menos seis ministros bien chingones, totalmente transformadores. Helos ahí, con argumentos irrebatibles, lúcidos, originales, que en nada se parecen a los que dicta Andrés I en las mañaneras. Tan dignos, ellos.