Para cualquiera de mis dos lectores tal vez les parecerá un exceso la comparación de la "República Castrense" instituida por Victoriano Huerta y la que pretende instalar López Obrador 110 años después. De la misma manera en que Huerta no quiso pasar a la historia como un usurpador, entre otros terribles cargos, AMLO también pretende cuidar su imagen política para no ser tachado de dictador. Me explico: Huerta deseaba cubrir de legalidad, no de legitimidad, el cuartelazo en contra de Madero y de Pino Suárez. ¿Cómo? La Constitución de 1857 establecía que Pedro Lascuráin, el secretario de Relaciones Exteriores, tercero en la línea sucesoria, detrás del vicepresidente (asesinado) y del presidente de la Corte (destituido), sería el Presidente provisional. Lascuráin renunció a su cargo, no sin antes nombrar a Huerta secretario del Interior (de Gobernación), el siguiente en orden para ocupar la Presidencia de la República. El Chacal, cubiertos los trámites legales, investido Presidente, fue ratificado por el Congreso tomado por los militares.
Abogado por la UNAM. Dedicado a investigar la verdad oculta de la historia de México, ha escrito 20 novelas históricas y 5 ensayos de diversa naturaleza. Ha impartido conferencias en México y en el extranjero. Es conductor de un programa de televisión y comentarista en distintos medios de radiodifusión. Ha publicado más de 4,000 artículos. Es columnista en el diario Reforma, en El País y en el Chicago Tribune, Hoy, entre otros más.