Cuenta Ben Rhodes, amigo y asesor de Barack Obama, que el día que dejaron la Casa Blanca, una pregunta rondaba el ambiente: "¿Y si nos equivocamos?". El Presidente de la serenidad entregaba el poder a un patán. Esa es, dicen Stephen Holmes e Ivan Krastev en su nuevo libro, la pregunta necesaria. No "¿qué salió mal?" o "¿quién se equivocó?". La pregunta honesta es esa: "¿qué tal que hayamos sido nosotros quienes nos equivocamos?". Ahí está la base de la autocrítica liberal que sigue buscando respuesta.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.