El 2020 debe ser el año de la humildad, sugiere John Gray en un artículo publicado en The New Statesman. El año nos recordó que habitamos un mundo que nunca podremos entender del todo y que jamás llegaremos a controlar. De la escuela al comercio, de la intimidad a la gran política: todo ha sido alterado por partículas que no podemos ni ver. La lección parece clara, dice el filósofo que acaba de publicar un ensayo sobre filosofía felina. La pandemia, más que un evento históricamente extraordinario, es recordatorio de nuestra fragilidad. El gran impacto de la pandemia es (debería ser, agrego yo con menos confianza de que seamos capaces de aprendizaje) haber pinchado la burbuja de la pretendida supremacía humana.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.