No pueden ya con el encargo
Salomón Chertorivski EN REFORMA
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En medio de la inmensa tragedia que ha traído la pandemia se precipitó otra, puntual, con domicilio, hora y entorno precisos: el colapso de la Línea 12 del Metro, en las cercanías de la estación Olivos, a las 10:22 p.m. del 3 de mayo pasado, en el que murieron 26 personas. A diferencia del virus, que nos dio dos meses para estar mejor pertrechados, el desastre del Metro era previsible, estaba ubicado, anunciado en múltiples reportes desde hace varios años y, por supuesto, tiene responsables. Ocurrió tras una larga cadena de decisiones, errores y omisiones que ahora se ensañaron con los más pobres, los trabajadores del suroriente de la Ciudad, que regresaban a casa, lo que multiplica la injusticia del colapso.