Resulta que el Final Draft, un software para escribir guiones de cine, se abre cuando descargo facturas en formato xml de mi portal del SAT. Es decir, que Final Draft quiere leer un código para el que no tiene decodificadores. Yo sé que esta inútil usuaria debería reconfigurar su equipo para que eso no suceda, pero es que me hace gracia el desvarío tecnológico entre dos contenidos tan disímbolos. Y bueno, creo que a mi cerebro le está pasando algo parecido: ya no tengo software para leer el mundo.
Es escritora, autora de los libros Cuentos de maldad (y uno que otro maldito) y El niño que fuimos bajo el sello de Alfaguara; Las noches habitadas (Editorial Planeta) y Damas de caza (Editorial Plaza y Valdés). Ha colaborado en El Cultural de La Razón, The Washington Post, SinEmbargoMx, El Malpensante, Confabulario de El Universal, Revista GQ, Revista SOHO y otros medios. Desarrolla guiones para cine, teleseries y audioseries.