Toda predicción o megatendencia sobre el futuro de la regulación digital tiene un origen. Las megatendencias no surgen de la poderosa imaginación o intuición de los analistas. Sin la infraestructura digital y sus elementos, no existiría la sociedad digital, ni el nuevo orden digital mundial. Lo que determina el futuro digital de nuestra civilización y la predictibilidad de sus tendencias, taumaturgias, adivinaciones y nigrománticas epístolas, es la capacidad de la infraestructura digital para liberar valor, servicios, capacidades tecnológica e innovación.