Me refiero a dos análisis recientes de la consultoría Rystad Energy sobre la industria petrolera global. Uno de ellos revela que será más difícil para todos los países atraer el escaso capital que las operadoras internacionales invierten en exploración y producción. Otro, con fecha de noviembre pasado, relata la situación "devastadora" que vive la industria de la refinación en el mundo. Ambos tienen implicaciones para México.