OPINIÓN

Mundos paralelos

Jorge Volpi EN REFORMA

4 MIN 30 SEG

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Difieren radicalmente, salvo en una cosa: unos y otros creen -o nos quieren hacer creer, o nos obligan a creer- que todo, absolutamente todo, lo que hacen los otros está mal. No solo eso: que está intencionalmente mal, que sus adversarios no solo son ineptos o estúpidos, sino que concentran una perversidad reconcentrada que los lleva a hacer todo ese mal de forma voluntaria, convertidos en villanos de caricatura, malos de telenovela que no buscan otra cosa que el desastre. No se trata aquí de que en ambos bandos abunden los cínicos y los corruptos, sino en fraguar una narrativa totalitaria que divida de manera feroz la realidad en arenas contrapuestas, sin el menor punto de contacto: conmigo o contra mí.