La ejecución del joven mando policiaco Milton Morales es un hecho ominoso que debe ser investigado hasta llegar a sus últimas consecuencias y que merece justicia pronta y expedita, pero no dicho como el cliché que las autoridades utilizan ante cualquier homicidio, ni porque las otras personas asesinadas importen menos, sino porque perdimos a una persona auténticamente comprometida con la sociedad.