Tácito, historiador de tiranos romanos, señalaba que la principal característica de quienes se aferran al poder es el control sobre la fuerza armada. Que ahora sea ésta la principal beneficiaria de los dineros del erario, al asignarle cualquier cantidad de obras fuera de su responsabilidad, debería ser motivo de alarma. De ser una fuerza capaz de dar la vida por un ideal, pasó a ser un mercader ordinario. ¿Qué no iban a separar a la noble política de la perversidad de los dineros? ¿O sólo es un arreglo piadoso?