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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN REFORMA
"Me acuso padre, de que anoche le hice el amor tres veces a una mujer que no es la mía. ¡Tres veces seguidas, padrecito, una tras otra! ¡Y las tres en forma espectacular!". "Bueno, cabrón -se molestó el buen padre Arsilio con el penitente-. ¿Viniste a confesarte o a presumir?"... Un solitario individuo llegó al bar Ullo, pidió dos botellas de tequila y en el curso de la noche se bebió las dos. Igual hizo los siguientes días. El cantinero, intrigado, le preguntó por qué hacía eso. Relató el sujeto: "Durante años me juntaba todos los días en su casa con Etilano, mi mejor amigo, y nos tomábamos una botella de tequila cada uno. Hace poco él falleció. Ahora yo me bebo en su memoria dos botellas: la suya y la mía". Una noche el fulano pidió sólo una botella. Le preguntó el de la taberna: "¿Ya no se va a tomar la de su amigo?". "Ésta es la de mi amigo -aclaró el tipo-. A mí el médico ya me prohibió el alcohol"... Uglicia, muchacha fea pero rica -o rica, pero fea-, le comentó a Bragueto, el forastero que la pretendía: "Mis amigas me dicen que me buscas nada más por mis millones". "No es cierto -se defendió Bragueto-. Pero ya que tocaste el tema, ¿cuántos tienes?"... Lejos de mí la temeraria idea de amarrar navajas. Me puede suceder lo mismo que a mis tíos Raúl y Rubén, hermanos de mi madre. Llevaron el gallo del corral de su casa a pelear en un palenque. Dijeron que era de Filipinas, que había vencido al campeón del Valle de Texas y que estaba programado para combatir en la feria de San Marcos, del merito Aguascalientes. Luego le apostaron secretamente al otro gallo, que sí era de pelea. Y sucedió que ganó su gallo, el del corral. Ahí perdieron todos sus ahorros. Por eso yo nunca amarro navajas. Diré, eso sí, que a estas alturas los dirigentes del Consejo Coordinador Empresarial deben haberse dado cuenta ya de con quién están tratando. Quizás ahora reconocerán que su actitud obsecuente, y aun sumisa, del principio no tuvo correspondencia alguna, que los campos de la iniciativa privada y el gobierno están bien definidos y que no es posible hallar en AMLO comprensión, y menos aún ayuda para los micro, pequeños y medianos empresarios en estas horas de dificultad. Por eso hicieron bien los directivos de la IP en buscar apoyos por su cuenta. En este punto López Obrador mostró andar a 20 cuadras del desfile, como dice la expresión de pueblo, pues no tuvo la menor idea de la naturaleza y alcances del acuerdo que el Consejo Mexicano de Negocios hizo con el Banco Interamericano de Desarrollo. Se puede ser ignorante en muchas cosas -imposible es saberlo todo-, pero no hay que exhibir esa ignorancia. En este punto, como en muchos otros, el Presidente se vio mal. Alguien debería aconsejarle que modere, module, modele, modernice y modifique sus moditos... Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, fue a un día de campo con Dulciflor, linda muchacha. En un prado vieron a un toro y una vaca que cumplían el rito de la generación. En tono insinuativo le dijo el salaz sujeto a la preciosa chica: "¡Cómo me gustaría hacer lo mismo!". "Hazlo -autorizó Dulciflor-. Pero ten mucho cuidado, no se te vaya a enojar el toro cuando te vea con la vaca"... Ya conocemos a Capronio: es un tipo grosero, desconsiderado y majadero. Ayer su señora suegra le dijo: "¿Verdad que con este vestido me veo 20 años más joven?". "Es cierto -confirmó Capronio-. Y si no es indiscreción, suegrita, ¿qué edad tiene?". Respondió ella: "49 años". Acotó Capronio: "No, yo digo sin el vestido"... "¡Una buena noticia, Blanca Nieves! -le anunció Pinocho, feliz, a la muchacha-. ¡Ahora cuando digo mentiras ya no es la nariz lo que me crece!"... FIN.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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