OPINIÓN

MIRADOR / Armando Fuentes Aguirre EN REFORMA

1 MIN 00 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
El año de 1767, los padres jesuitas fueron expulsados de la Nueva España. Muchos de ellos pasaron en Roma su destierro. Ahí se dedicaron a la tarea de escribir libros, unos de terrenal sabiduría, los otros de teología o devoción. Todos esos libros, sin excepción alguna, están dedicados a la Nueva España, o a alguien que en América quedó. Lejos de su patria, los sacerdotes desterrados la añoraban, y le hacían llegar su amor desde la ausencia.