OPINIÓN

MIRADOR / Armando Fuentes Aguirre EN REFORMA

1 MIN 30 SEG

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Este retrato es el de Leopoldina de la Peña y Peña. Nació en Ábrego, y ahí mismo murió. De ella se dice que nunca oyó un "Te quiero". Sus ojos no supieron de otros ojos, ni sus labios conocieron el sabor de otros labios. Fue como un árbol seco, olvidado de que alguna vez tuvo hojas y flores, y que jamás dio fruto.