OPINIÓN

MIRADOR / Armando Fuentes Aguirre EN REFORMA

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
El ermitaño vivía en una gruta de los montes. Alejado de todo trato humano dedicaba sus días y sus noches a la oración y a mortificar su cuerpo con ásperas penitencias.