México, no creo en ti...
Guadalupe Loaeza EN REFORMA
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Después de la "entrega" o de la "captura" de Ismael "El Mayo" Zambada, líder del cártel de Sinaloa, ante las autoridades de Estados Unidos, ya pongo en duda todo. No creo en nada. Esto duele, porque se trata de mi país, de sus autoridades, pero sobre todo de su clase política, la de más alto rango. He de decir que desde que voté por el Presidente actual, me he ido arrepintiendo gradualmente de haber cometido ese horror, perdón, error. Ayer, por ejemplo, López Obrador apoyó en su mañanera a los cuatro vientos al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, no obstante la carta de "El Mayo" en la que asegura que el día de su "detención" se iba a reunir precisamente con el gobernador en cuestión, y con Héctor Melesio Cuén, ex rector de la Universidad Autónoma de ese estado, que después fue asesinado ese mismo día. Al escuchar al Presidente decir abiertamente de su amigo: "Le tengo toda la confianza", no me sorprendió, los dos están muertos de miedo de que las autoridades norteamericanas les pidan cuentas por sus vínculos con el narco, o que sean amenazados por los narcos. Lo que me dejó con un pésimo sabor de boca fue la declaración de Claudia Sheinbaum, virtual presidenta electa, al ofrecer su absoluto respaldo a Rocha en la mañanera de ayer lunes; "Por eso, vengo a comprometerme a nuestro hermoso y querido México (qué falsa suena su frase, parece como las que dicen las concursantes de los certámenes de belleza); a decirles que vamos a seguir apoyando al gobernador de Sinaloa, a Rubén Rocha Moya, y a su pueblo". La virtual, sigue totalmente sumisa a su jefe. Qué decepción que la primera mujer Presidenta sea aún dependiente de un macho, por más Presidente que éste sea. Cada vez que puede Sheinbaum insiste en decir que López Obrador ha sido el "mejor Presidente de México". Cómo puede asegurar lo anterior si el país está hecho trizas en todos los órdenes, si el gravísimo problema del narco se ha multiplicado. La detención de "El Mayo" mostró a qué grado de descomposición se ha llegado, tal y como se asegura en el exterior, y en muchas columnas políticas mexicanas cuando se dice que nos hemos convertido en un país narco.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores