OPINIÓN
MÉXICO MÁGICO / Catón EN REFORMA
12 julio 2020
El nombre de este árbol es araucaria. No es un árbol de mi tierra. Los árboles de mi tierra son el manzano y el nogal; el pino y las encinas. Este árbol, la araucaria, es un recién llegado; un extranjero en mi jardín.
Hermoso el nuevo huésped, con sus ramas geométricas semeja al lado del duraznero y de la higuera un edificio modernista junto a sencillas casas de interés social. En el lugar que ocupa la araucaria estuvo un ciprés, luego una parra, y antes una magnolia que daba flores blancas. A la magnolia yo no la conocí; me dicen que la plantó mi bisabuela.
Yo sé que la tierra de mi jardín está hecha con las raíces de todos esos árboles ya idos. La inédita araucaria formará, pues, sus ramas con esta misma tierra. Será araucaria, entonces, pero será también un poco ciprés, un poco magnolia, un poco parra... El árbol de araucaria, por lo tanto, no es un recién llegado. En este mundo no hay recién llegados.