Nuestra Constitución considera un derecho fundamental tres cosas: el derecho de acceso a Internet, los servicios de telecomunicaciones y a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, conocidas popularmente como TIC. Sin servicios de telecomunicaciones y su infraestructura, no hay Internet, pero Internet y servicios de telecomunicaciones sin TIC, no sirven de nada. La Constitución hizo bien en construir un silogismo jurídico para la conectividad.