Antes y después de Qatar, siempre fue una "mesa para tres". La forma de acomodar a Pelé, a Maradona y a Messi en esa mesa depende de cada gusto o predilección de las habilidades que los tres tienen por el juego, pero no hay discusión de que pertenecen a la misma y distinguida clase y de que difícilmente alguien pueda aproximarse a ese nivel de excelencia.