En cualquier contienda humana, sea deportiva, bélica o política hay dos cosas que no se deben hacer: confiarse de más y subestimar al rival. Así lo comprobó el Gral. John Sedgwick durante la Guerra Civil norteamericana, en la batalla de Spotsylvania, cuando su tropa le advirtió que se replegara, ya que el enemigo confederado había colocado francotiradores por los costados.