Quisiera arrancar el año con una crítica optimista. Postulando, por ejemplo, que si el 2019 fue un año de proselitismo en el que la retórica de la transformación histórica impuso su atropellado ritmo, el 2020 puede ser un año de laboriosidad cuyo propósito no sea reiterar que el país ya cambió sino ocuparse efectivamente de cambiarlo. Si el primero fue un año dedicado a pregonar que este gobierno es diferente, que el segundo sea un año enfocado en entregar mejores resultados. Que la prioridad deje de ser la intención de hacer cosas buenas y sea, ahora, la capacidad de hacerlas bien. Ojalá que este 2020 sea, en definitiva, un año de menos gesta y más gestión.
Carlos Bravo Regidor (Ciudad de México, 1977). Estudió Relaciones Internacionales en El Colegio de México e Historia en la Universidad de Chicago. Es profesor-investigador asociado en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), donde además dirige el Programa de Periodismo.