La pandemia ha puesto en jaque a la humanidad y también a la masculinidad. Frente al Covid, los hombres son más débiles, tienen una mayor tasa de mortalidad que las mujeres pero, aún así, son más renuentes a cuidarse y a usar cubrebocas. Algunos por primera vez se quedaron sin trabajo este año, atentando contra el rol de proveedores que muchos tienen, y el confinamiento los llevó a pasar más tiempo en casa donde se volvió imposible no ver el esfuerzo que se requiere para sacar adelante las tareas del hogar.