El informe del Departamento de Energía del Gobierno de Estados Unidos considerando mala la contrarreforma energética del amliato debe tomarse como una señal de desaprobación. Y no es que los norteamericanos pretendan meterse en los asuntos internos de México, sino más bien que esta contrarreforma, en caso de aprobarse, LOS PERJUDICARÍA a ellos.