OPINIÓN

Malos pensamientos

Guadalupe Loaeza EN REFORMA

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"Ya te he dicho que debéis hacer trabajos manuales", le decía el padre Fermín, de la iglesia la Votiva, cada vez que Sofía confesaba que tenía malos pensamientos. Por más que tejía, tendía las camas de sus hermanos, planchaba y lavaba su ropa íntima, continuaba siendo víctima de Satanás, cuya estrategia consistía, precisamente, en ponerlos en su mente con el fin de que la adolescente de 15 años los pusiera en práctica. A pesar de todos los trabajos manuales que se imponía, la joven "pecadora", irremediablemente, caía entre las redes del diablo, temerosa de terminar, a causa de sus pecados contra la pureza, en el infierno. En esa época, Sofía nunca se imaginó que los buenos consejos del sacerdote nacido en Pamplona los pondría en práctica con espléndidos resultados 59 años después durante la pandemia del coronavirus.