En los últimos días el mercado mexicano de deuda se puso nervioso ante la posibilidad de que en las próximas reuniones de política monetaria el Banco de México pueda restringir aún más su postura, elevando más de lo previsto la tasa de interés de referencia. Este nerviosismo obedeció principalmente a los malos resultados inflacionarios de la primera mitad de octubre, y a los incrementos por encima de lo previsto de las tasas de interés objetivo que llevaron a cabo algunos bancos centrales en el mundo, como los de Rusia y Brasil, siguiendo los pasos del Banco Central de Chile.