A veces pienso que portar un dispositivo móvil en la bolsa del pantalón o en la mano más adiestrada, es casi como portar un arma blanca o hasta un arma de fuego. No tiene el filo de un cuchillo ni las balas de un revólver pero, vaya que puede ser igual de dañina cuando cae en las huellas equivocadas o en aquellas mentes perversas que pretenden hacer daño a costa de lo que sea.