Una mañana, la del día de la golondrina, la ciudad capital amaneció sin baches. Los automovilistas ya no se precipitaban en hoyancos por donde podían caer más de 25 vehículos. Los jardines públicos ya no se parecían a los pastizales de Tanzania, la policía de tránsito ya no asaltaba a los conductores de autos, las alcaldías ya no eran cuevas de ladrones, pues se había impuesto un código de ética, cuyo desacato tenía consecuencias también el más allá: la purificación era total.
Abogado por la UNAM. Dedicado a investigar la verdad oculta de la historia de México, ha escrito 20 novelas históricas y 5 ensayos de diversa naturaleza. Ha impartido conferencias en México y en el extranjero. Es conductor de un programa de televisión y comentarista en distintos medios de radiodifusión. Ha publicado más de 4,000 artículos. Es columnista en el diario Reforma, en El País y en el Chicago Tribune, Hoy, entre otros más.