El cálculo es sencillo. Tomas prestado. Inviertes. Pagas. Si el crecimiento de tu salario, empresa o país es mayor a los intereses que pagas, pues acumulas riqueza. Si no, vas camino a la bancarrota. Mientras mayor sea tu deuda, más intereses. Mientras más deuda, más violenta la eventual crisis. Eventualmente entras a una espiral de muerte, igual que un avión que ha perdido un ala.
Juan Enríquez Cabot es autor de diversos libros sobre tecnología y académico ocasional.