Los pretendientes de Kamala
Guadalupe Loaeza EN REFORMA
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Hace muchos años coincidió que tres de mis pretendientes más formales me propusieron matrimonio casi al mismo tiempo. Recuerdo que tenía que decidir en un breve lapso entre alguno de ellos. Los tres me parecían muy buenos partidos. El primero, nacido en Pamplona, era dueño de una imprenta muy próspera que se llamaba San Fermín. El segundo era arquitecto de la Ibero y muy bien parecido, pero no era nada ambicioso. Y el tercero era un extranjero, propietario de una fábrica textil, muy cotizado entre las "niñas bien" casaderas. Recuerdo que en esa época me sentía muy presionada, ya que estaban dispuestos a casarse cuanto antes. Así debe estar de presionada la vicepresidenta de Estados Unidos y candidata demócrata, Kamala Harris, quien mientras escribo estas líneas, seguramente ya tiene en mente quién será su compañero de fórmula, entre el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro; el de Minnesota, Tim Walz y el senador de Arizona Mark Kelly.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores