Hemos visto al gobierno de López Obrador como una aplanadora. Una máquina que pretende someterlo todo a su papilla ideológica, a su única lealtad. Desde antes de tomar posesión se ha hecho la voluntad de López Obrador y así hemos visto caer proyectos, instituciones y contrapesos. Justifican la devastación por la profundidad del cambio que dicen impulsar. Hay que arrasar con todo lo que venga del pasado antes de empezar a construir el futuro. El rodillo ha pasado sobre el servicio público, sobre los órganos autónomos, sobre los fideicomisos, sobre las instituciones de educación superior, sobre la misma administración pública.
Estudió Derecho en la UNAM y Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Es profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey. Ha publicado El antiguo régimen y la transición en México y La idiotez de lo perfecto. De sus columnas en la sección cultural de Reforma han aparecido dos cuadernos de Andar y ver.