OPINIÓN

Los dobles contratos

Félix Fernández EN REFORMA

MIN SEG

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Dicen que nos acercamos más a la felicidad cuando sabemos diferenciar lo que podemos cambiar de lo que no. Por generaciones, el futbolista se ha hecho la víctima cada vez que se le incumple un contrato o que no se le respeta un acuerdo. Sí, por supuesto, quienes abusan de él y lo engañan son unos delincuentes, pero la pasividad, el desinterés y la ignorancia consciente son enteramente responsabilidad suya. El futbolista no puede cambiar a quienes, en lugar de servir al futbol, se sirven del futbol y de los futbolistas; pero sí puede cambiar sus propias condiciones contractuales, aunque afecten los intereses de sus agentes.