OPINIÓN

Los días finales.

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN REFORMA

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Igual que ante sus juzgadores religiosos, Hidalgo confesó sin ambages en su juicio militar haber sido cabeza principal de la insurgencia y estar preso "por haber tratado de poner en Independencia este Reino". Reveló que aunque era él partidario de la independencia, jamás hizo nada para conseguirla hasta que Allende lo invitó, y que aún así se resistió a la invitación por considerar que "los autores de semejantes empresas nunca gozan el fruto de ellas". Sólo después de mucha insistencia por parte de Allende, dijo, se unió a la conspiración. Manifestó que fue capitán general de la insurrección hasta que fue despojado del mando por Allende en Pabellón, luego de lo cual siguió a los otros jefes como prisionero. Afirmó que no sabía con qué propósito se dirigía Allende hacia el norte cuando fueron sorprendidos en Baján, "aunque presume que llevarían el objeto de hacerse de armas en los Estados Unidos, pero más el particular de Allende y Jiménez de alzarse con los caudales que llevaban y dejar frustrados a los que los seguían". Es decir, acusó a Allende de intentar huir llevándose como ladrón los fondos de la insurgencia.