OPINIÓN

Los cuentos que necesitamos

Ximena Peredo EN REFORMA

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Me enteré de la existencia de la palabra homosexual antes de que supiera que existían homosexuales. Tenía unos ocho años, iba en la parte trasera del auto de la familia de una amiguita. Nos estacionamos para comprar un pollo cruji (estaban de moda) y entonces la mamá de Ami contestó a pregunta expresa de mi amiga que un homosexual era una aberración. ¿Una aberración?, preguntamos juntas. Sí, algo que no debería de existir, contestó la señora.