La semana pasada, dos albergues gubernamentales para adultos mayores de la CDMX rechazaron el ingreso de mujeres como usuarias (Comisión de Participación Comunitaria). Las ancianas tuvieron que pasar la noche en la calle y ser auxiliadas por vecinos en la Colonia Nápoles (Alcaldía Benito Juárez). Los albergues pertenecen a la Secretaría de Bienestar federal y el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam). Al parecer no se trató de un problema de falta de espacio o recursos, sino de protocolos de ingreso. En un grupo vulnerable (37.9 % en situación de pobreza, 49,1% de rezago educativo y 28.8 % sin ningún acceso a la seguridad social - Coneval, 2020), las mujeres representan todavía más vulnerabilidad (una de ellas mostraba signos de violencia -posiblemente doméstica). Y no dejarlas entrar es todo un detalle en una institución que se supone sensible a la situación de los adultos mayores.