CULTURA

Logra Lacombe dar forma a lo sensorial

Luis Méndez

Madrid, España (04 diciembre 2014) .-00:00 hrs

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 Cuando era niño, Benjamin Lacombe (París, 1982) quedó cautivado por Madama Butterfly, la ópera de Puccini, historia que el artista francés decidió ahora trasladar al libro ilustrado.

"Mi madre me llevaba a la ópera con 7 años, ya que mi padre no era aficionado y a ella le encantaba. Me gustaba, pero no comprendía lo que era la ópera, porque no estaba adaptada para los niños, hasta el día en que descubrí Madama Butterfly", recuerda. "Me impactó la historia, las voces y, por primera vez, me emocioné realmente, y he querido provocar esas mismas sensaciones".

Lacombe visitará por primera vez México para presentar esta obra editada por Edelvives y que comienza a circular. Tendrá encuentros con lectores en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara y en el DF.

A los 19 años, tras estudiar en la Escuela Nacional de Artes Decorativas y trabajar en publicidad y animación, Lacombe publica su primer cómic y algunos libros ilustrados. Hoy, a los 32, es considerado un icono de la ilustración contemporánea, con un estilo fácilmente reconocible, sobre todo por esas criaturas que suele dibujar, con ojos grandes y expresivos, de tez pálida, labios finos y coloridos; personajes de apariencia frágil, pero con una gran fuerza interna.

Sus ilustraciones son descritas como preciosistas, coloristas o melancólicas, pero siempre evocadoras y repletas de símbolos con los que busca detonar la imaginación del lector.

En Madama Butterfly, que incluye un desplegable de 10 metros, el artista, con dibujos a lápiz y acuarela, narra metafóricamente la historia de los protagonistas de la célebre ópera.

Lacombe no sólo ha ilustrado el libro, sino que también es responsable del texto.

"He hecho 29 libros de los que he escrito 20. Este libro se articula de una forma un tanto extraña, porque el texto está escrito en primera persona, quien habla es Pinkerton (el amante) y las imágenes son más bien la voz de Butterfly, no se mezclan, el texto nunca entra en las imágenes. Y esto representa un poco la barrera lingüística que hay entre los dos personajes".

En su obra destaca también la versión revitalizada de cuentos clásicos como Caperucita roja y Blancanieves.

"Si son clásicos es por un buen motivo; por lo general, son textos excelentes. En lo particular, yo sólo ilustro los clásicos que me emocionaron cuando era niño y que siguen conmoviéndome ahora como adulto".

Pero por el crudo tratamiento de algunas historias, parece que busca trasladar esos cuentos al mundo de los adultos...

"Sí y no. En principio, los cuentos de los hermanos Grimm, por ejemplo, eran historias para los niños y también para los adultos. Algunos son textos muy duros originalmente, que están muy lejos de las versiones posteriores. No trato de buscar un enfoque adulto en los cuentos que ilustro; los interpreto como los siento".

Lacombe no se siente especialmente identificado con alguna corriente vanguardista, ya que cada libro supone un desafío artístico y es la propia historia la que determina su tratamiento.

Pop, surrealismo, freak, gótico, retro... todas las corrientes valen para que en un momento concreto las imágenes y el texto se complementen, aunque, según Lacombe, debe ser el lector el que termine el trabajo iniciado por el artista.

"En un libro como Madama Butterfly me siento muy cerca del espíritu del siglo XIX y del amor por la cultura japonesa, pero en otros libros soy más barroco. Cuando expongo en Estados Unidos, me adjudican a una corriente que se llama pop-surrealismo. Y yo me pregunto: ¿soy pop-surrealista? Y me respondo: no".

Hasta ahora, ha publicado una treintena de libros y cada uno de ellos es una joya artística en sí mismo, tanto por su contenido como por su encuadernación.

En 2008, publica Los amantes mariposa, una de sus obras más elogiadas, y, en 2012, lanza al mercado El herbario de las hadas, su primer álbum ilustrado en formato digital.

Para él, dice, el mundo digital no representa una amenaza para la ilustración tradicional.

"Hay que vivirlo como una oportunidad de captar a otros lectores. En Francia, el libro digital se ha visto como una amenaza para el soporte de papel. Pero no se han dado cuenta de que el libro digital funciona muy bien en países en los que la gente no tiene acceso al libro clásico. Para mí es una nueva forma de contar las historias".

Como artista plástico, Lacombe ha expuesto en ciudades como París, Roma, Madrid, Nueva York y Tokio, y sus trabajos, entre ellos los cuentos clásicos a los que ha inyectado una dosis de autenticidad, han sido traducidos a varios idiomas.

Actualmente, expone en el Museo ABC de Madrid 25 originales de su último libro Madama Butterfly, obras que recrean la estética y la cultura oriental elaboradas con las distintas técnicas que utiliza: gouache, óleo sobre papel, lápiz y acuarela.

"Me gusta experimentar con muchas técnicas diferentes, aunque mi preferida es el óleo gouache. Si pudiera sólo haría pintura al óleo, porque es como el Rolls Royce de las técnicas, pero es muy lento y tarda mucho en secarse, por lo que sólo haría un libro cada tres años".

Lacombre muestra su emoción por el encuentro.

"Estoy impaciente, por ser mi primera vez y porque los mexicanos son muy activos en mi página de Facebook que tiene 300 mil seguidores. Hay muchos internautas de México que son los que más participan en la página. Tengo ganas de conocerlos, porque mi relación con ellos sólo se ha dado a través del medio digital. Estoy expectante".